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LA UNIÓ de Llauradors estima, en una primera evaluación, que las consecuencias de la borrasca Filomena y las heladas han dejado unas pérdidas en las hortalizas de invierno de la Comunitat Valenciana de unos 9,9 millones de euros.
Esta cantidad se debe al deterioro comercial de las hortalizas para su consumo en fresco y la necesidad de destinarlas en el mejor de los casos a la industria.