El Ayuntamiento de Gandia, en la comarca de La Safor, ha recibido el respaldo del Gobierno de España para avanzar en un proyecto que contempla la exhumación e identificación de las víctimas fusiladas durante la posguerra en la fosa común ubicada en el cementerio municipal. El hallazgo, realizado en marzo de 2023 tras casi cinco años de investigación, descubrió restos de 24 hombres que ya están en proceso de identificación; sin embargo, otros 40 permanecen enterrados bajo un bloque de nichos construido en los años sesenta.
Este bloque de nichos presenta un verdadero reto técnico y económico, pues para continuar con el rescate es necesaria su demolición previa al traslado de los cuerpos. Según cálculos municipales, culminar todo el proyecto rondaría un millón de euros, una cifra que incluye la construcción de un nuevo bloque de nichos, el traslado de los restos, la identificación mediante pruebas de ADN, la reinhumación y la creación de un memorial en memoria de las víctimas.
La diputación dejó de subvencionar estas actuaciones y la Generalitat tampoco muestra voluntad desde que se instauró el nuevo Consell, de mayoría PP y Vox. Por ello, y ante la urgencia de atender a familiares muy mayores, el Ayuntamiento ha recurrido al Gobierno central, que sí ha manifestado su compromiso tanto técnico como económico para que la recuperación no se demore.
Zoraida Hijosa, directora general de Atención a las Víctimas del Ministerio de Memoria Democrática, visitó Gandia para conocer el estado del proyecto y destacó que “es importante sacar a la gente del olvido y acabar con la desmemoria”. Hijosa confirmó que se está ultimando un acuerdo con la corporación local para iniciar los trabajos cuanto antes.
El alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, valoró positivamente el apoyo estatal y recordó que “toda sociedad democrática tiene un deber con la memoria y con la reparación de la injusticia de los asesinatos del franquismo”. Por su parte, Alícia Izquierdo, concejala de Memoria Democrática, insistió en la necesidad de recursos técnicos y humanos para finalizar la identificación con ADN y permitir a las familias cerrar un duelo prolongado durante décadas.
El proyecto de memoria, que incluirá un espacio memorial en el mismo cementerio donde se cometieron los fusilamientos entre 1939 y 1940, se suma a otras iniciativas en la comarca de La Safor, donde ya existen monumentos similares en localidades como Oliva, Tavernes de la Valldigna o Bellreguard.