El emblemático Pont Vell de Riba-roja de Túria ha sido finalmente incorporado al inventario municipal, un paso imprescindible para que el Ayuntamiento pueda optar a las ayudas estatales destinadas a su rehabilitación. El puente, cuya construcción se remonta a 1548, sufrió graves desperfectos tras la Dana del pasado 29 de octubre.
Con esta decisión, el consistorio avanza en su objetivo de firmar un convenio con el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible que permita restaurar esta infraestructura que, durante siglos, ha conectado el casco urbano con las tierras de cultivo del norte del término municipal, y que forma parte del parque fluvial del Túria.
El proceso administrativo reveló que el puente no figuraba ni en el registro de la propiedad, ni en el catastro ni en el inventario municipal. No obstante, se ha demostrado su uso público ininterrumpido durante más de 50 años, lo que permite considerarlo un bien demanial y justificar su incorporación al patrimonio municipal.
La Comunidad de Regantes Lorca y Quint, titular del bien desde que lo recibiera por cesión en el siglo XIX, aprobó en una junta celebrada en marzo ceder formalmente el puente al Ayuntamiento, allanando así el camino legal para la rehabilitación.
Además de su importancia funcional y paisajística, el Pont Vell está reconocido como elemento singular en el Plan General de Ordenación Urbana y figura en los inventarios sectoriales de la Generalitat Valenciana, gracias a sus valores arqueológicos y patrimoniales. Se trata, de hecho, del puente más antiguo que se conserva entre València y Ademuz, con un papel clave en el desarrollo económico, social y estratégico de la zona.
El alcalde, Robert Raga, ha destacado que esta incorporación al inventario «supone un paso adelante en la protección de una infraestructura muy querida por el pueblo, esencial durante generaciones en la vida y economía del municipio».