Durante las jornadas del 26 y 27 de enero la Facultad de Medicina de la universidad Complutense de Madrid el simposio ‘Actualización científica en el abordaje de del Trauma y otros Trastornos asociados’. Para este encuentro hablamos con el psicólogo Walter Lupo, una de las figuras presentes en las jornadas.
Pregunta: ¿Cuál es el objetivo y qué se espera de este encuentro que se celebra en Madrid?
Walter Lupo: El encuentro Actualización Científica en el Abordaje del trauma y otros Trastornos Asociados, que se hará en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid los días 26 y 27 de enero, tiene como objetivo que investigadores internacionales reconocidos en los tratamientos y estudios de las experiencias traumáticas, expongan y compartan las diferentes propuestas e intervenciones sobre este tema en la salud mental. Esperamos que este intercambio enriquezca y amplíe el conocimiento sobre la importancia y la validez científica de incluir el tratamiento del trauma en diferentes modelos de psicoterapia.
P.: ¿El trauma es algo común en todas las personas? ¿Podemos hablar de que todo el mundo ha estado, está o estará afectado por un trauma?
W.L.: La definición más sencilla del trauma, palabra de origen griego que significa herida, se refiere a experiencias con alto impacto emocional en las personas, que producen una ruptura y desequilibrio en su estabilidad anímica, física y social, superando sus capacidades para asimilarlas. Pueden ser de diferentes tipos, como catástrofes naturales (terremotos, inundaciones, del medio ambiente) o provocadas por el hombre, como las guerras, el terrorismo, los desplazamientos masivos de personas o la violencia física. Otras experiencias son las que suceden en las relaciones entre las personas, como los diferentes tipos de abuso, físico, emocional y sexual, o la negligencia emocional, que pueden ocurrir en diferentes épocas de la vida. Las enfermedades graves o pandemias como el COVID también pueden incluirse como experiencias traumatizantes, así como los accidentes graves. Lo que tienen en común es que amenazan la seguridad vital y emocional, provocando un sentimiento de vulnerabilidad. Como podemos apreciar, todos los seres humanos pueden estar expuestos a enfrentarse a este tipo de experiencias en algún momento de su vida.
P.: ¿Cómo repercuten las experiencias traumáticas en la vida de las personas, y si hay diferencias si estas ocurren en la infancia, adolescencia o edad adulta?
W.L.: Este es un punto importante. No todas las experiencias adversas y de impacto emocional llegan a ser traumáticas. Puede haber una respuesta de estrés agudo durante el primer mes de ocurridos los acontecimientos, como recuerdos angustiosos recurrentes, evitación de los estímulos asociados a los incidentes, estado de alerta e irritabilidad, y alteraciones en el estado del ánimo. La progresiva asimilación de la experiencia en el tiempo como un recuerdo sin perturbación o el hecho de que se transformen en traumas que afecten durante meses y años la vida de las personas, dependerá de diferentes factores como la gravedad y duración de estas experiencias, la vulnerabilidad previa, la edad, el género y factores de tipo cultural. El impacto puede ser mayor si ocurren durante la infancia y adolescencia, y si estas experiencias están causadas por personas del entorno cercano y las víctimas no reciben apoyo de la familia o de la comunidad.
P.: ¿Qué es el Trastorno de Estrés Postraumático y el Trastorno de Estrés Postraumático Complejo?
W.L.: A consecuencia del creciente interés y de los estudios sobre poblaciones con traumas, como veteranos de guerra, las afectadas por violencia física y sexual, y sus consecuencias en la salud mental de estas personas, se incluye en el año 1980, en el DSM-III el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) como un diagnóstico que describe los efectos patológicos duraderos de las experiencias traumáticas en el funcionamiento psicológico en diferentes aspectos. Las personas que lo presentan tienen síntomas intrusivos de reexperimentación de los sucesos, de evitación de los estímulos asociados, un estado de alerta y reactividad, alteraciones cognitivas y del estado del ánimo, y una disminución en las capacidades de relación social y laboral. La prevalencia del TEPT abarca al 1-2% de la población y del 15 al 30% de los que tienen al menos una experiencia traumática. El Trastorno de Estrés Postraumático Complejo afecta a personas que han padecido maltrato o negligencia reiterada, especialmente durante la infancia y la adolescencia. Al ocurrir en edades más precoces influyen en el desarrollo de la personalidad, y además de los síntomas de TEPT, presentan dificultades en la regulación de los afectos, sentimientos de vergüenza, culpa o fracaso, disociación, creencias de poco valor y serios problemas en las relaciones interpersonales que afectan de forma severa en la integración del Yo y la vida social.
P.: ¿Cuáles son los principales trastornos de salud mental asociados al trauma?
W.L.: En el 2023, en un metaanálisis de diferentes publicaciones científicas, realizado por el equipo de Investigación del Centro Fórum de Barcelona, se publicó la primera revisión general que examinaba de forma sistemática el trauma psicológico como factor de riesgo transdiagnóstico en todos los trastornos mentales. El objetivo era investigar la asociación entre diferentes tipos de trauma y trastorno mental. Tomando como base a 10 diferentes tipos de experiencias traumáticas las conclusiones fueron que el trauma psicológico es un factor de riesgo en los Trastornos de ansiedad, depresivos, de personalidad, Bipolar, obsesivos-compulsivos, los relacionados con el trauma y el estrés como el TEPT y TEPT complejo y los trastornos del espectro de la esquizofrenia.
P.: ¿Cuáles son las psicoterapias más adecuadas para tratar el TEPT y el TEPT complejo?
W.L.: Los tratamientos empíricamente avalados por el NICE (National Institute for Clinical Excellence de USA y la OMS para el tratamiento del TEPT, son la Terapia Cognitivo Conductual, EMDR, el tratamiento de exposición y el entrenamiento en inoculación del estrés en diferentes tipos de intervención, con publicaciones que confirman un nivel de eficacia en la disminución o desaparición de los síntomas del estrés postraumático. Por supuesto, hay otras psicoterapias que también incluyen el tratamiento de los traumas en sus modelos de intervención, pero las mencionadas son las que tienen más evidencia empírica.
P.: ¿Cuáles son las aportaciones de los ponentes del encuentro que pueda levantar una mayor expectativa y aportaciones sobre el tratamiento de los traumas?
W.L.: La variedad de temas y ponencias que se presentarán en este Meeting hace que tengan un interés muy relevante para los profesionales que trabajan en el campo de la salud mental. El profesor Thanos Karatzias va a presentar un nuevo protocolo para el tratamiento del TEPT complejo, la Dra. Eleonor Longden hablará de su experiencia e investigación del tratamiento del trauma en las psicosis y su enfoque en el trabajo con las voces que presentan estos pacientes. El Dr. Johan Vanderlinden presentará las formas de abordar el trauma en los trastornos alimentarios y el Dr. Benedikt Amann va a presentar los diferentes datos científicos y clínicos sobre el uso del EMDR en los servicios de psiquiatría y estudios. El profesor e investigador Kim Mueser expondrá los resultados de diferentes estudios en programas de terapia Cognitivo Conductual en personas con Trastorno Mental Severo y el catedrático Enrique Echeburúa comentará sobre la evaluación clínica y forense del TEPT y técnicas de tratamiento para TEPT Complejo.
(Agradecemos la colaboración de Bibiana Ripoll para esta entrevista)