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Una médica que trabajaba en el centro de salud de Quart de Poblet acusada de no atender a un paciente que se estaba ahogando en su domicilio y acabó muriendo ha defendido que no recibió el aviso y, por tanto, no pudo asistirle, según ha publicado Europa Press y recogido diferentes medios del juicio celebrado ayer, lunes.
La médica está acusada de un delito de omisión del deber de asistencia sanitaria, por el que la Fiscalía le reclama provisionalmente una multa de 10.800 euros e inhabilitación especial para empleo o cargo público y profesión u oficio relacionado directa o indirectamente con el ejercicio de la medicina por un periodo de tres años.
La defensa de la acusada ha solicitado que se suspendiera la vista al no haberse podido localizar a la persona que hizo las llamadas al centro de salud alertando de la situación del enfermo, pero el tribunal lo ha desestimado al alegar que la búsqueda había sido infructuosa y que el procedimiento lleva activo nueve años.
Los hechos se remontan al 1 de mayo de 2012, cuando la cuidadora del paciente llamó al centro médico y solicitó asistencia urgente para el hombre, de unos 90 años, tal como publica Europa Press.
Según mantiene el fiscal, el celador de guardia que cogió el teléfono avisó de la urgencia, de forma reiterada, a la facultativa acusada, pero ella no se desplazó al domicilio del enfermo ni activó ningún tipo de servicio médico para que fuera atendido.
Fueron finalmente otra doctora y una enfermera quienes acudieron a la vivienda tras una nueva llamada de la cuidadora, aunque al llegar el paciente había fallecido por insuficiencia respiratoria en el contexto de una enfermedad pulmonar obstructiva.
Niega los hechos
La acusada, quien lleva siendo médica 31 años y desde hace un año se le trasladó desde Quart a un centro de salud de València, negó los hechos. Afirmó en el juicio que en 2012 era coordinadora del centro médico y el día 1 de mayo estaba de guardia junto con otra compañera, con la que establecía turnos de dos horas para prestar asistencia presencial y domiciliaria.
Ha informado de que cuando el celador recibe un aviso de urgencia para desplazamiento a domicilio, lo indica en el sistema informático y luego lo comunica al médico correspondiente. Ese día, la acusada tenía que estar disponible para desplazarse a las viviendas desde las 19 hasta las 21 horas, según ha dicho.
El celador recibió la llamada de urgencia para atender a la víctima a las 20.57 horas, según se expone en el sistema, pero la acusada negó que ella fuera avisada de nada: «Insisto en que no recibí el aviso porque es verdad. Ni una sola vez», repitió.
Lo único que recuerda de ese día es que su compañera cubrió el aviso y que cuando llegó al centro, indicó que el paciente había fallecido. «Es la primera noticia que tengo sobre este paciente mientras yo estoy de guardia», ha aseverado.