Una deuda de menos de 4.000 euros terminó en asesinato. Juan G. F., un joven de 23 años, fue acuchillado, golpeado y quemado en un campo de naranjos de les Mallaes, en Llíria, tras reclamar lo que le debían. Sus presuntos asesinos, Santiago F. A., de 24 años, y Andrés Felipe T. A., de 29, reconocen que la víctima les exigía ese dinero, derivado de una supuesta compraventa de cocaína, además de unos intereses crecientes.
Ambos acusados se han responsabilizado mutuamente de ejecutar el crimen, en sus declaraciones ante la Guardia Civil y en el juzgado de Llíria. Santiago optó por no declarar ante el juez, mientras que Andrés Felipe sí lo hizo, aunque solo respondió a su abogada, Laura López Peris. Sus versiones apuntan a que el asesinato fue una emboscada premeditada.
Tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Juan, parcialmente sumergido en una acequia por dos trabajadores agrícolas en la mañana del 20 de abril, la Guardia Civil activó una investigación que ha resuelto el caso en menos de 48 horas. Santiago se entregó el lunes en la Comandancia de València, sabiendo que lo buscaban. Andrés Felipe huyó a Colombia justo después del crimen, pero, según aseguró por «arrepentimiento», decidió regresar por su cuenta a España y fue detenido nada más aterrizar en Barajas.
El juez de Instrucción número 1 de Llíria, quien ya estaba de guardia cuando se halló el cadáver, dictó prisión provisional sin fianza para los dos acusados, decisión apoyada por la fiscalía y por la abogada de la familia de la víctima, Nati García. Esta última ha solicitado que se eleve la calificación del delito de homicidio a asesinato, al considerar que Juan no tuvo opción de defenderse.
Durante su traslado al Palacio de Justicia, los dos detenidos fueron recibidos con gritos e insultos por parte de allegados del joven asesinado, aunque no se produjeron incidentes gracias a un amplio despliegue de la Guardia Civil. La víctima, el menor de varios hermanos, será enterrada hoy en un acto privado.