El hasta ahora portavoz del grupo popular en Les Corts y alcalde de Finestrat, Juan Francisco Pérez Llorca, se ha convertido en el octavo president de la Generalitat Valenciana en democracia. Su elección no procede de unas elecciones autonómicas, sino del respaldo de Vox al Partido Popular en el pleno de investidura celebrado este jueves, una sesión marcada por la ausencia inicial del president en funciones, Carlos Mazón, y por la mayoría absoluta alcanzada por la derecha y la extrema derecha.
El relevo en la presidencia llega tras la dimisión de Mazón el pasado 3 de noviembre, motivada por su gestión de la DANA. Durante el debate de investidura, el portavoz de Vox, José María Llanos, confirmó el apoyo de su grupo a Pérez Llorca, despejando cualquier incertidumbre: “Apoyaremos su investidura”.
La votación se celebró puntualmente a las 18.00 horas, después de un receso de veinte minutos y coincidiendo con la llegada de Mazón, que había abandonado el pleno para “no quitar protagonismo” al candidato popular. Los 13 votos de Vox se sumaron a los 40 del PP, dejando una mayoría absoluta de 50 escaños frente a los 46 de la oposición (31 del PSPV y 15 de Compromís).
Tras la elección, Mazón felicitó efusivamente a su sucesor y aseguró que Pérez Llorca “va a ser un presidente extraordinario”. La toma de posesión está prevista inicialmente para el martes 2 de diciembre a las 12.00 horas, una vez se publique su nombramiento en el Boletín Oficial del Estado, algo que deberá ocurrir en un máximo de diez días hábiles.
Por su parte, Pérez Llorca afirmó encontrarse “muy tranquilo” y consciente de la “responsabilidad muy importante” que asume. Señaló que inicia una etapa con “mucha tarea por delante”, centrada en la reconstrucción tras la DANA y en atender las necesidades de la ciudadanía, apostando por “el diálogo, la sensatez y la búsqueda de acuerdos”. Defendió que “sobra la crispación y los insultos”, porque han alejado a la política “de la sociedad y de la realidad”.
Un presidente accidental con precedentes en el PP
La sucesión de Pérez Llorca lo convierte en el tercer presidente investido con la legislatura en marcha tras la renuncia de su predecesor, siguiendo los pasos de José Luis Olivas en 2002 —por la marcha de Eduardo Zaplana al Ministerio de Trabajo— y de Alberto Fabra en 2011, tras la dimisión de Francisco Camps por el caso de los trajes del caso Gürtel, del que finalmente fue declarado “no culpable”.
El discurso de investidura de Pérez Llorca convenció a Vox, que evitó así un escenario indeseado para el PP: afrontar una segunda votación o incluso la posibilidad de unas nuevas elecciones autonómicas.
El pacto con la extrema derecha, sin embargo, implicará asumir sus postulados más duros, especialmente en inmigración y negacionismo climático. El propio Pérez Llorca sostuvo que el Pacto Verde Europeo es “la mayor amenaza para nuestros agricultores” y que ha sido “impuesto por élites europeas de despacho”, a pesar de que fue negociado por el Partido Popular Europeo junto a los socialistas en Bruselas. También avanzó que, en materia migratoria, buscarán “fórmulas para que los menores vuelvan con sus familias” mediante políticas centradas en “la legalidad”.
El ascenso de un ‘mazonista’ de perfil discreto
Pérez Llorca (Finestrat, 1976) es reconocido por su cercanía y discreción. Aseguró, apenas 24 horas antes de su designación, que nadie le había comunicado que sería el candidato. Reivindicó su compromiso con Finestrat, municipio del que es alcalde desde hace tres mandatos, tras haber iniciado su carrera en política local a la sombra de Benidorm.
Su ascenso ha estado estrechamente ligado a la figura de Carlos Mazón. Fue diputado provincial en 2015 y 2019, coordinador provincial en Alicante, vicesecretario de organización del PPCV, secretario general del partido tras las elecciones autonómicas de 2023 y, desde 2024, portavoz del grupo popular en Les Corts. Su nombramiento refuerza el liderazgo del ‘mazonismo’ frente a las aspiraciones de la dirección nacional del PP, que llegó a contemplar a la alcaldesa de València, María José Catalá, como posible candidata.
Con la elección de Pérez Llorca, el PP evita una crisis interna y asegura la continuidad del proyecto político de Mazón en la Generalitat, ahora en manos del alcalde de Finestrat, que se prepara para asumir el cargo con la promesa de “estar a la altura” en una etapa marcada por la reconstrucción y por la dependencia parlamentaria de Vox.