La 78ª edición de la Tomatina de Buñol ha reunido a más de 22.000 personas en una batalla festiva que, bajo el lema ‘Tomaterapia’, se ha convertido este año en símbolo de la resiliencia de la localidad tras los estragos sufridos por la dana del pasado 29 de octubre.
Durante el recorrido, la tradicional riada de tomates se ha mezclado con imágenes de solidaridad internacional: decenas de banderas palestinas se han exhibido desde balcones, entre los participantes, sobre algunos de los camiones cargados con tomates e incluso en una gigantesca enseña desplegada a pie de calle. Una iniciativa promovida por Esquerra Unida que ha querido visibilizar el apoyo al pueblo palestino y la denuncia de la intervención militar que está provocando el genocidio en Gaza.
Este año, además, la Tomatina ha incorporado una dimensión solidaria con la iniciativa impulsada por la plataforma Viajeros Solidarios, cuyo objetivo es recaudar fondos para la rehabilitación del patrimonio histórico dañado por la dana. De esta manera, la fiesta no solo ha teñido de rojo las calles, sino que también ha lanzado un mensaje de compromiso con la recuperación del municipio.
La jornada ha transcurrido en un ambiente festivo y sin incidentes destacables. En apenas una hora, las 120 toneladas de tomate arrojadas desde los camiones han transformado el centro de Buñol en un mar rojo que ha hecho las delicias de participantes llegados de todo el mundo. Tras la batalla, la limpieza de calles y fachadas se ha desarrollado con la habitual eficacia, mientras la multitud buscaba refrescarse en duchas, mangueras o bidones de agua antes de seguir celebrando.