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Cofrentes seguirá albergando una instalación nuclear después de noviembre de 2030. No es que el Gobierno de España haya cambiado de opinión, ya que la instalación de producción de energía sí se cerrará en esa fecha.
Lo que ocurrirá es que los residuos nucleares no irán a parar a un almacén centralizado, ni tampoco se almacenarán en el extranjero. Cofrentes albergará un cementerio nuclear con los residuos de su propia nuclear. Y lo hará durante mucho tiempo.
Una vez enterrado el proyecto de almacén centralizado de residuos nucleares de Villar de Cañas (Cuenca), el Gobierno de España ha publicado el séptimo Plan General de Residuos Radiactivos, que prevé tratar y almacenar el combustible gastado en las propias centrales nucleares y descarta construir un único cementerio de residuos.
El nuevo plan incluye tratar y almacenar temporalmente el combustible gastado de las centrales nucleares en sus propios emplazamientos en los almacenes temporales individualizados y luego convertirlos en temporales descentralizados, que son los mismos que actualmente tienen las centrales pero con unas instalaciones auxiliares complementarias para garantizar que una vez que las plantas paran sus actividades todavía hay capacidad para mantener el combustible nuclear allí en buenas condiciones de seguridad.
Impacto en Cofrentes y El Valle
La decisión del Gobierno tendrá impacto en Cofrentes y El Valle, pero todavía no se ha estimado cuánto.
Un almacén temporal que la central de Cofrentes ya tiene aprobado, no en vano almacena desde su puesta en marcha sus propios residuos, pero que ahora dejará de ser temporal. No se conoce el número de empleos que generará la instalación, directos e indirectos, y lo que supondrá en impuestos y compensaciones para los ayuntamientos de El Valle, cuya economía gira en torno a esta instalación.
Cuatro décadas más
Cofrentes, como el resto de centrales nucleares españolas, almacenará sus propios residuos nucleares, como mínimo, durante cuatro décadas, según la previsión del Gobierno.
La secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, ha señalado que el Gobierno quiere que España disponga “cuanto antes” un almacén geológico profundo para guardar de manera definitiva los residuos nucleares de alta actividad y el combustible gastado, cuyo funcionamiento está previsto en 2073, pero que podría estar con mayor antelación si se logra el adecuado consenso político, social e institucional.
Vista la falta de consenso político, social e institucional que generó el almacén centralizado de Villar de Cañas, no es descartable que los plazos se puedan alargar.