La chufa, un cultivo clave en la agricultura de Valencia, se enfrenta a desafíos significativos que amenazan su viabilidad económica. Según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), a pesar de que la demanda de este producto se mantiene alta en sectores como la hostelería, el aumento del 40% en los costes de producción y la pérdida del 25% de la productividad en los últimos años han comenzado a hacer mella en su rentabilidad.
La entidad agraria liderada por Cristóbal Aguado ha solicitado a las administraciones que implementen medidas tanto a corto como a largo plazo. Estas acciones deberían enfocarse en la búsqueda de soluciones fitosanitarias para combatir la mancha negra de la chufa, una enfermedad que deteriora gravemente la calidad del tubérculo y genera un alto nivel de desperdicio alimentario en los secaderos. La enfermedad, que surgió hace quince años, ha llevado a AVA-ASAJA a exigir más información por parte de la Conselleria de Agricultura sobre su origen y métodos de control.
Otro de los factores que perjudica la producción es una nueva especie de hierba invasora que parece haber llegado a través de chufas de países externos. Esta planta, que compite directamente con la chufa debido a su similitud en el ciclo vegetativo, se ha convertido en un problema para los agricultores, quienes carecen de métodos autorizados para su manejo. El intento de erradicarla manualmente puede generar que los fragmentos se propaguen, complicando aún más la situación.
Antonio José Gimeno, responsable de la sectorial de chufa de AVA-ASAJA, destaca la importancia de mantener una rentabilidad sostenible para el cultivo. «Es esencial resolver problemas como la mancha negra y esta hierba invasora que están reduciendo la productividad a mínimos históricos», subraya. Este año, los agricultores han sembrado mil hanegadas menos, lo que representa una reducción del 15% en la superficie cultivada. La preocupación crece entre los productores, quienes ven que, a pesar de mantener la demanda y los precios, la producción no es suficiente para asegurar el futuro de la chufa en la huerta valenciana.