La Comunitat Valenciana encara la reconstrucción tras las devastadoras inundaciones del 29 de octubre, que causaron graves daños humanos, materiales y medioambientales. La Conselleria de Medio Ambiente trabaja en una estrategia de recuperación a medio y largo plazo, con proyectos clave como la creación de “flotadores verdes” que amortigüen futuros episodios extremos, y la mejora de infraestructuras hidráulicas. En esta entrevista, el secretario autonómico, Raúl Mérida, detalla también la situación actual de l’Albufera tras la dana, los avances en su recuperación, la colaboración con los regantes para garantizar el aporte de agua y los trabajos coordinados con las universidades y ayuntamientos. Además, aborda actuaciones en parques naturales como el del Túria y el de Chera-Sot de Chera, y se alerta sobre la urgencia de limpiar los cauces y barrancos para prevenir nuevas catástrofes. El mensaje es claro: solo desde la cooperación institucional se podrá garantizar la protección del territorio y la seguridad de las personas.
—¿Cómo calificaría el impacto de las inundaciones del 29 de octubre en el medio ambiente?
El 29 de octubre, la Comunitat Valenciana, y especialmente los municipios situados en la zona zero, sufrieron un auténtico tsunami medioambiental que derivó en una catástrofe humanitaria que todos conocemos. Evidentemente, el impacto fue enorme por dos motivos: se perdieron vidas humanas, pero también se vio afectada la forma de vida de todas las personas que permanecieron en la zona.
Cuando ocurre una catástrofe de tal magnitud, se pone en cuestión todo el sistema de actuación y los procedimientos que tú lleves adelante. Por ejemplo, en urbanismo hemos detectado la necesidad de sacar adelante nueva normativa que permita recuperar esos municipios y que, además, refuerce la protección en zonas con histórico de inundaciones: o que no se pueda construir o que haya unas figuras de protección con respecto a la construcción
En cuanto a infraestructuras, son fundamentales las obras que debe ejecutar la Confederación Hidrográfica del Júcar, tanto en el Magro como en el barranco del Poyo. Como decía el representante del Colegio de Ingenieros de Caminos de València: con esas actuaciones el agua nos habría subido más del tobillo. Con lo cual, podemos ver la magnitud y la importancia que tienen esas obras.
—¿Qué otras acciones contempla el proceso de recuperación?
Es importante diferenciar entre reconstrucción y recuperación. La reconstrucción es
todo lo que se hizo a partir del 29 de octubre y te cuento incluso la experiencia personal, porque yo no salí de aquella zona, estuve allí trabajando con mi con todo el equipo de la Conselleria de Medio Ambiente a pie de barro.
La recuperación implica diseñar una estrategia a medio y largo plazo. En este sentido, además de las obras hidráulicas en barrancos, planteamos la creación de un “flotador” natural en torno a los municipios más afectados. Queremos que sirva de amortiguador ante futuros episodios extremos.
Este flotador estaría formado por infraestructuras hidráulicas inundables, como parques urbanos y corredores verdes. Queremos aplicar un modelo similar al de la marjal de la playa San Juan de Alicante. Ese proyecto de parque inundable podría llevarse a estas zonas y ayudaría también creando unos verdes hasta la Albufera.
—¿En qué fase se encuentra este proyecto?
Estamos desarrollando el proyecto junto con la Universitat de València, la Universitat Politècnica de València y un equipo de técnicos de la Conselleria. Esperamos presentarlo este verano.
—¿Cuál es la situación actual de l’Albufera? ¿Es un desastre natural de tal magnitud como se como se dice en algunos medios?
No, no es un desastre natural, aunque podría haberlo sido. Desde el 29 de octubre, la Secretaría Autonómica de Medio Ambiente activó todos sus recursos. Cada dirección general trabajó en su ámbito. En urbanismo, elaboramos una cartografía de las zonas afectadas para tener una radiografía clara de lo ocurrido. En tema de residuos, se aprobaron resoluciones urgentes para facilitar su gestión, además del trabajo presencial a pie de barro en las zonas más dañadas.
En Prevención de Incendios, nos pusimos a trabajar en todos los caminos afectados, que son muy importantes a la hora de apagar un incendio: sitios donde hay balsas o lugares que son necesarios atravesar para llegar al punto de incendio.
Luego, desde Medio Natural, nos centramos en dos parques: el del Túria y el de l’Albufera. El del Túria sufrió alteraciones en su cauce en puntos como Villamarchante, donde el río cambió su curso bajo el puente debido al arrastre de lodo. Antes el río pasaba más hacia la derecha de los arcos y ahora ha cambiado y está pasando por arcos más a la izquierda.
En la Albufera, la preocupación fue inmediata por su importancia ecológica. Digamos que prácticamente al día siguiente, el 31 de octubre, ya trabajaban allí el subdirector de Espais Naturals y el director general. El subdirector incluso trasladó su oficina al Centro de Interpretación de la Albufera. La prioridad era analizar el agua, por un lado, por si hubieran llegado arrastrados por el agua componentes tóxicos o contaminantes. Por otro lado, en ese momento municipios de la zona cero, como Paiporta o Alfafar, etcétera, se habían quedado sin alcantarillado, literalmente. Con lo cual, se estaba vertiendo al Barranco del Poyo. La EPSAR (Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales), que depende también de la Conselleria de Medio Ambiente e Infraestructuras, en este caso de la Secretaría Autonómica de Infraestructuras, trabajó desde el primer momento para que hiciera una obra que impidiera la llegada de vertidos a la Albufera. Y, la verdad, es que en muy poquito tiempo esa obra estaba ya funcionando, por lo que ya cortamos los vertidos, pero se habían producido una serie de vertidos que habían llegado hasta el lago de la Albufera. Y luego, también, la cantidad de elementos que llevó la propia riada.
En este sentido, lo primero que hicimos fueron inspecciones en toda la zona, eh todas las brigadas se volcaron y, con el subdirector, descubrimos que muchos de los elementos que habían sido arrastrados por la dana permanecían en el interior de las garrafas, lo que había permitido aislarlos. Y muchísimos blísters. Desde la Dirección General de Educación y Calidad Ambiental sacamos casi 70.000 kilos de elementos de residuos dispersos. Todo esto permitió tener esa primera radiografía que nos permitió situar en lo siguiente.
–¿Cuál fue esa segunda fase o intervención?
A ver si lo explico bien. La Albufera, evidentemente, había sufrido la dana, pero no estaba tan mal como pudiéramos imaginarnos al principio viendo la magnitud de la catástrofe.
Todas las analíticas que se realizan y que están colgadas en la web de la Consellería, por parte de la universidad y del propio parque, no daban unos resultados alarmantes. La prueba más evidente es que no ha habido un colapso, en cuanto a que no ha habido aparición de peces muertos ni ha habido aparición de aves muertas El estado del lago no era tan malo como se pensaba. Estamos hablando de los días siguientes a la dana. Luego se ampliaron todavía los análisis: hace unos días se presentaron más de 600 000 € que vamos a invertir en analíticas.
A día de hoy, la Albufera se está recuperando. Elaboramos un plan de tres fases para la recuperación. Primero, retirar todos los elementos y residuos que se pudiera en ese momento. En esa primera fase, algo muy importante es que se colaboró estrechamente con la Guardia Civil en la búsqueda de desaparecidos. Además, bajando los niveles del lago; es decir, moviendo los niveles de agua del lago para que ellos pudieran realizar su búsqueda y poniendo a disposición de la Guardia Civil a todos los efectivos también del parque.
Segundo, incrementar todo lo que eran los controles de la Albufera en cuanto a los niveles del agua. Y en la tercera fase teníamos una ambición: ¿qué necesita el parque si el elemento principal del parque es el agua? Pues necesita agua. Estábamos en un contencioso con la Confederación Hidrográfica del Júcar para que nos diera del 2024 los 20 hm m³ del Turia y 10 del sistema Júcar como dice el Plan Hidrológico, pero no nos lo da. Nos esperamos al resultado de ese contencioso, que además casi con toda seguridad hubiera sido recurrido. La Albufera se hubiera pasado muchos años sin el agua que necesitaba. Desde el primer momento nos reunimos con los regantes del Júcar y del Turia y hemos llegado a un acuerdo que durante los próximos 3 años garantizará los aportes de agua a la Albufera. Esto permite la renovación del agua de la propia Albufera. Todos los usos tradicionales que hay en el parque fijan su mirada en una solo en un solo interés: el bienestar del parque, la mejora de la calidad ambiental del parque y de la biodiversidad.
–¿Qué es lo más que preocupa ahora mismo de la Albufera? La presencia de tóxicos diluidos, aunque has comentado que muchos quedaron envasados, la presencia de microplásticos, sedimentos de basuras en el fondo…
No, para mí, todas esas partes se están trabajando. El Ayuntamiento de Valencia está haciendo también unas inversiones muy importantes en el parque. Nosotros, por nuestra parte, en la limpieza. La renovación del agua también va a ser muy positiva: ya se está produciendo el cumplimiento del pacto; no es simplemente un documento, sin más, teórico o utópico, sino que es una realidad.
Para mí lo más preocupante, lo que yo pediría para el parque, es seguir trabajando con consenso, seguir en esa línea de no buscar enfrentamientos. Y luego, eso sí, tenemos como proyecto de futuro lo que llamamos el gemelo digital.
Vamos a crear una reproducción del parque de forma digital que obtiene información de unos sensores que se colocan en el parque, que se plasman en una pantalla y que nos permite no solamente tener la visión directa, completa y al momento de cómo se encuentra el parque y de los aportes de agua que está habiendo, sino también de algo que es fundamental: este gemelo digital nos permite realizar supuestos; es decir, qué ocurriría si volviera otra dana, qué ocurriría si en vez de una dana se tratara de otro tipo de tóxicos, ¿qué ocurriría? Es decir, cómo evolucionaría el parque ante esos distintos peligros. Eso es lo más preocupante.
–¿Cuál es la situación del agua?
En cuanto al agua, estamos trabajando bien, con normalidad. Lo único que nos preocupa es poder seguir trabajando con todos los usos y todos los componentes que viven en la Albufera: principalmente es la agricultura; los grupos ecologistas y entidades que velan por la biodiversidad en el parque; los pescadores, que es otra actividad muy importante tradicional en el parque, y el resto de actividades como pueden ser las embarcaciones que circulan por el parque o, por ejemplo, la caza, que es otra actividad esencial que forma parte del equilibrio de todo el parque.
Todo eso es la Albufera. Y luego, por supuesto, nos hemos comprometido a trabajar estrechamente con el Ayuntamiento de Valencia en la calificación del parque como reserva de la biosfera. Debemos aclarar una cosa: la reserva de la biosfera no va a traer restricciones a ninguna de las actividades que se producen en el parque.
-Antes mencionaba la modificación en el cauce del Turia por Vilamarxant. ¿Cuál es la situación del parque natural del Turia?
Se está trabajando en recuperar los itinerarios y también infraestructuras como son los puentes. Es muy importante que esos puentes sean de materiales que permitan el paso del agua y que sean fuertes y no buscar tanto los ornamentos, sino la funcionalidad. Habíamos tenido experiencias anteriores con alguno de los puentes ardiendo al ser de madera. Hemos recomendado que no se permita el baño porque todavía hay que realizar algo fundamental que es la limpieza. Dentro del río puede haber elementos cortantes. En el caso del centro de interpretación, la valoración técnica nos ha recomendado la demolición. Ya estamos trabajando con el propio Ayuntamiento de Villamarchante, donde estaría esa nueva instalación.
–¿Pasemos a otro. El parque de Chera-Sot de Chera es el gran olvidado de este desastre natural? En algunas poblaciones como estas es mayor la dependencia socioeconómica del entorno natural que en otras zonas.
En este parque, como en general en toda la Comunidad, pero en la zona afectada sobre todo la provincia Valencia y Castelló, hemos realizado un contrato por parte de prevención de incendios que está basado en arreglar todos los caminos. Y en este parque en concreto se van a arreglar también todos los caminos, que han quedado destrozados,y hemos tenido una reunión con los municipios para explicárselo. Son más de 90 millones de euros que se dedican a eso. Son importantes esos caminos por el tema de los recorridos que puede hacer la gente, los senderos. Pero también porque por ahí pasan medios de extinción y conduce muchas veces o bien a los propios observatorios o bien a los lugares donde hay balsas con agua. Me gusta mucho reconocer una cosa: que los parques naturales no deben de verse como un enemigo, sino como una fortaleza que lucha contra el despoblamiento. Durante este año y el año pasado estamos potenciando la marca Parques Naturales.
–¿Cómo potencian la marca Parques Naturales?
Entre otras cosas, realizando las famosas ferias que se habían habían dejado de celebrar. Antiguamente se celebraba una feria de la marca Parque Naturales en Valencia. Este año ya la hemos recuperado en el mercado Colón, pero vamos a celebrar otra en Alicante dentro de muy poquito y otra en Castellón. Esto nos permite fijar los productos que se fabrican in situ en el parque natural o de elementos extraídos de los parques naturales. Es algo muy importante para luchar contra el despoblamiento.
-Al margen de las zonas más directamente afectadas por la dana, ¿qué medidas se están tomando en otros espacios naturales ante la posibilidad de episodios similares en cabeceras de ríos o o barrancos? Por ejemplo, ¿está preparada la Sierra Calderona y el barranco de Carraixet para una gota fría de estas características? ¿Qué pasaría con unas lluvias similares en la cabecera del río Palancia?
Estamos en conversaciones con la Confederación Hidrográfica del Júcar. Tenemos un diálogo permanente y una exigencia que hacemos es que limpien los barrancos.
La Confederación nos ha manifestado en alguna ocasión que las cañas son especie invasora y corresponde limpiarlas a la Conselleria de Medio Ambiente, pero no es así. Lo saben. Ellos son los propietarios y tienen las competencias en esos cauces. El responsable directo es la Confederación Hidrográfica del Júcar. Y limpiar esos barrancos de cañas, ahora ya sabemos que es esencial. Ya lo sabíamos, pero ahora es que nos lo ha demostrado desgraciadamente la dana, porque en la playa lo hemos visto: esas cañas se convierten en auténticas jabalinas, en lanzas, cuando son arrastradas por el agua. Es esencial un mantenimiento adecuado
-En resumen, ¿qué lección debemos aprender de la dana?
Yo, de verdad, si algo deberíamos aprender de la dana es a no volver a pronunciar jamás en la vida “que cada palo aguante su vela” y entender que cada palo es de todos y que tenemos entre todos que colaborar. En ese sentido, nosotros en los parques sí que estamos realizando la limpieza y en los cauces de los ríos estamos haciendo diques que supongan una contención del agua. Eso lo hacemos y pedimos autorización a la Confederación Hidrográfica del Júcar para poder hacer esos diques. Pero, evidentemente, los barrancos tienen que limpiarlos el propietario, en este caso la Confederación y es muy importante que los limpie.
-Y los cauces a su paso por núcleos urbanos, ¿corresponde a los ayuntamientos?
Pues yo diría que el cauce, aunque esté dentro de una zona urbana, es competencia del de la Confederación Hidrográfica. Sí. Porque para mí sigue siendo competencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar.