NULL
Además de todos los casos positivos señalados anteriormente hay más de 400 internos en cuarentena por diversas circunstancias, hasta en 13 módulos diferentes del centro.
La cárcel de Picassent ha registrado dos brotes de COVID-19 en dos semanas y, por el momento, hay unos 80 internos afectados, según ha adelantado este jueves Acaip-UGT.
Asimismo, se trata de dos brotes diferentes. El primero de ellos se inició hace dos semanas en la Zona de Penados. A consecuencia del mismo hay 14 casos confirmados y todos los internos estaban vacunados con Janssen e, incluso, alguno de ellos ya había sufrido la enfermedad anteriormente, han detallado en un comunicado los sindicatos.
El segundo de esos brotes se ha confirmado esta misma semana y se inició en el módulo 9 de la Unidad de Cumplimiento. De momento, hay 69 casos positivos (Instituciones Penitenciarias tiene confirmados 63). La mayor parte de esos internos también estaban vacunados con Janssen.
Además, están pendientes de realizar pruebas PCR a los internos alojados en el módulo 8 de la Unidad de Cumplimiento (que alberga a 123 internos). Acaip UGT señala que estas pruebas se llevarán a cabo en los próximos días, y no se han podido realizar antes por la saturación de los servicios sanitarios de la prisión.
Sin embargo, la entidad detalla que este último módulo alberga a internos «de cierta conflictividad», y es uno de los que presenta un «menor porcentaje de vacunación» de todo el centro (en torno al 80%). También afirman que están conviviendo en las mismas celdas «internos vacunados y no vacunados».
Hasta el momento, la entidad ha detallado que no hay constancia de que ningún trabajador haya resultado contagiado.
Apertura de nuevos módulos por insuficiencia de personal
La organización sindical asegura que ha sido necesario «proceder a reabrir módulos que permanecían cerrados por la insuficiencia de personal que sufre el centro», departamentos que en algunos casos, pese a la enorme carga de trabajo que soportan, cuentan «con sólo un funcionario de servicio». El sindicato pone de manifiesto que cada día es necesario llamar para acudir a prestar servicios extraordinarios a funcionarios que se encuentran de libranza.
Además de haber un 75% menos de personal facultativo del que debería haber, el sindicato se queja de la implantación de procedimientos organizativos «que dificultan aún más la labor que los médicos tienen que desempeñar en el centro, y suponen una presión extra para ellos».
Además de todos los casos positivos señalados anteriormente hay más de 400 internos en cuarentena por diversas circunstancias, hasta en 13 módulos diferentes del centro. Todas estas situaciones sanitarias están suponiendo «una enorme presión para el funcionamiento regimental diario del centro», alegan.
Se desconoce cuál puede ser el origen de los dos brotes, señala Acaip UGT. Sin embargo, cuando la incidencia tanto en la Comunitat Valenciana como en el mismo centro era muy baja, se relajaron demasiado las medidas a criterio del sindicato en lo referente a visitas, permisos, etc., «quizá por un exceso de confianza en que la vacunación era suficiente para evitar contagios masivos. Desde nuestro punto de vista, se debería haber esperado más a ver la efectividad real de la vacunación, con una reapertura progresiva», concluyen.