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El objetivo es conseguir la accesibilidad total del entorno donde se enclava la torre árabe del s.XI , monumento declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2002, el Mercado Municipal y la Iglesia Nuestra Señora de Àngels.
Albal ha empezado a ejecutar la segunda fase del proyecto de semipeatonalización de su barrio antiguo, con el cual pretende convertir toda esta zona, en un espacio cien por cien accesible. En esta ocasión afecta a las calles Lluna, Massanassa y Mercado, y cuenta con una inversión de 324.280 euros procedentes del remanente de tesorería del presupuesto municipal.
La actuación está inmersa en la remodelación integral de todo el centro histórico de la localidad gobernada por Ramón Marí y las obras de la cual empezaron a ejecutarse en 2018, cuando concluya se habrán invertido casi un millón y medio de euros. El objetivo es conseguir la accesibilidad total del entorno donde se enclava la torre árabe del s.XI , monumento declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2002, el Mercado Municipal y la Iglesia Nuestra Señora de Àngels.
“Prestigiar la zona mediante su modernización, ampliar las estrechas aceras por las cuales resultaba difícil transitar y poner en valor la zona histórica y monumental ha sido una prioridad y un compromiso de mi gobierno”, ha detallado el alcalde del municipio, Ramón Marí.
Un proyecto premiado en la Semana Europea de la Movilidad de 2019
La política de movilidad desarrollada por el Ayuntamiento de Albal en el proyecto urbanístico de semipeatonalización del centro histórico fue puesta en valor por la Consellería de Obras Públicas, Transporte y Movilidad Sostenible que galardonó esta política municipal, con la máxima distinción, en la IV edición de los Premios de la Semana Europea de la Movilidad de 2019.
En todas estas actuaciones prevalece el peatón frente al vehículo, se ha contado con varias valoraciones técnicas de la Policía Local, el Departamento municipal de Urbanismo y de expertos, así como de la ciudadanía que ha hecho llegar al consistorio sus sugerencias sobre la reordenación y ejecución en la zona.
Algunas de las vías han quedado restringidas al uso comunitario y son solo de acceso para los residentes, también se ha prohibido el aparcamiento en algunos tramos porque, en caso de emergencias, se posibilite la entrada de los Bomberos y ambulancias.
Se ha introducido vegetación autóctona que da sombra, se ha incrementado la dotación de mobiliario urbano, se ha mejorado la iluminación y se han disminuido los históricos problemas de evacuación de lluvias, así como las barreras arquitectónicas en un barrio donde mayoritariamente, residen personas mayores.
La primera fase superó el millón de euros y empezó por la vía más antigua de la población, la calle Sant Antoni donde residen unas 60 familias y continuó por Juan Esteve, Cronista Jesús Emilio Hernández, Julio Nebot, Calle Larga, Santa Anna-Sant Blai y las plazas del Santísimo y de la Torre.
La nueva calle San Blai-Santa Anna pasó a ser de sentido único y su nuevo pavimento ha reducido la sonoridad al paso de los vehículos. Ha renovado la red de agua potable e hizo posible la eliminación de la barrera de contenedores que había frente al mercado municipal que restaba visibilidad a uno de los edificios más singulares que tiene esta zona del pueblo