Por desgracia, nuestras mascotas tienen una vida muy corta y nos tendremos que enfrentar a su muerte, algo que nunca es fácil porque se les coge mucho cariño, tanto que al final son uno más de la familia.
Una vez que el animal ha fallecido, hay que tomar una decisión para la que no estamos preparados, como es qué hacer con su cuerpo.
Hay servicios de incineración
Solo vamos a tener dos posibilidades si queremos cumplir la ley, de manera que una de ellas es el servicio de AdiosMascota en Alicante. Aquí nos ofrecen la incineración del animal con varias opciones según lo que queramos en ese momento.
Así, se puede optar por una incineración individual, incluso con un velatorio del cuerpo del animal, pudiendo llevarnos sus cenizas después en una urna y guardarlas con nosotros o hacer con ellas lo que deseemos.
También se puede escoger la incineración colectiva si no queremos tener los restos de nuestro amigo con nosotros, algo que no todo el mundo soporta. En ambos casos la empresa se encarga de recoger el cuerpo del animal en nuestro domicilio, haciendo todo el proceso más sencillo.
Cementerios de animales
Debemos saber que en España es ilegal enterrar mascotas. Es algo que se hace mucho en terrenos privados (no es legal, pero a no ser que nos vean enterrar un animal de gran tamaño como un caballo se suele hacer la vista gorda), pero que no deberíamos llevar a cabo si seguimos la ley al pie de la letra.
Además, no todos tenemos un jardín grande o una parcela con este fin, y lo que no hay que hacer bajo ningún concepto es enterrar a una mascota en un terreno que no sea nuestro.
Debido a esto han surgido los cementerios de animales, que generalmente están en las grandes ciudades. Aquí hay demanda de estos servicios y cada vez son más comunes.
¿Cómo funcionan?
Por norma general se paga una cuota anual por “parcela”, es decir, que el coste depende del tamaño de la tumba, la cual no será igual para un periquito que para un mastín.
En ellos enterramos al animal en una pequeña fosa, similar a la de los cementerios humanos, pero a escala del animal y ya es usual incluso ponerles una lápida con el día de su muerte, su nombre y una foto.
De esta forma, siempre hay un lugar en el que ir a recordar a la mascota, lo cual nos hace sentirnos mejor, sobre todo durante los primeros meses, pudiendo ir luego de vez en cuando a recordar con cariño el tiempo que pasamos juntos.
Es algo cada vez más frecuente y lo será conforme transcurran los años, pues el número de animales en las casas no para de aumentar.
Una vez que nuestra mascota ha muerto tenemos que pensar qué hacer con su cuerpo. Enterrarlo es ilegal en España, de forma que podemos incinerarlo, quedándonos o no con las cenizas, o llevarlo a un cementerio específico para mascotas, los cuales proliferan en las grandes ciudades.