La dirección de la guardería municipal insiste en que la niña se atragantó con un guisante, pero el informe demuestra la existencia de otros alimentos, lo que sugiere que la niña no estaba siendo supervisada mientras comía.
El trágico suceso ocurrió durante la comida el día 2 de noviembre de 2020. Una niña de 16 meses empezó a asfixiarse en la guardería municipal de Rocafort. No logró sobrevivir al prolongado periodo de hipoxia y falleció al día siguiente. Ahora, un informe forense presentado por la familia confirma, en primer lugar, que no fue un guisante el causante del ahogamiento. En segundo lugar, indica que las maniobras realizadas para intentar extraer el bolo alimenticio que obstruía sus vías respiratorias estuvieron llenas de errores.
El informe, redactado por el Doctor José Aso Escario, médico forense, al que Cadena SER ha tenido acceso, confirma la presencia de residuos sólidos que desmienten la versión de los encargados de la guardería y que, según Benito Nemesio Tordera, abogado de los padres de la niña, prueban que la niña ingirió algo (aparentemente pedazos de pollo) sin la debida supervisión.
Los directivos de la guardería sostienen que la cuidadora que la alimentaba estaba atendiendo a dos niños simultáneamente y que durante un breve lapso de tiempo habría perdido de vista a la pequeña Marina. No obstante, los restos hallados cuestionan esta versión y evidencian que fue un periodo de tiempo mayor en el que la niña estuvo con comida delante sin supervisión. Durante ese tiempo, se llevó a la boca comida que luego no pudo masticar debido a que apenas tenía dientes, lo que provocó el bolo alimenticio que la asfixió.