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La recuperación del castillo de Bétera ya es una realidad. Así lo ha anunciado el ayuntamiento de Bétera que asegura, tras años de trabajo, el Castillo ha recuperado su aspecto primigenio y se ha constituido por su valor patrimonial e histórico como un museo en sí mismo.
Esta actuación está cofinanciada por la Unión Europea a través del Programa Operativo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) de la Comunitat Valenciana 2014-2020, como proyecto local de actuación de las entidades locales de la Comunidad Valenciana para la protección, conservación o recuperación sobre bienes del patrimonio cultural valenciano y su puesta en valor susceptible de cofinanciación. El proyecto acogido a la ayuda estaba valorado en 975.025’00€ (1.179.780’25€ IVA incluido).
Los hallazgos arqueológicos encontrados durante las obras han sorprendido por su entidad, importancia y número, lo que hizo replantearse el proyecto arquitectónico y arqueológico previsto en origen y que ha supuesto disponer de un espacio que desde el punto de vista patrimonial ha adquirido un gran y mayor valor, añaden desde el consistorio.
“De esta manera, los trabajos de recuperación realizados han priorizado el estudio arqueológico, la recuperación patrimonial, y la consolidación de las estructuras originales del Castillo. Puesto que las estructuras tanto interiores como exteriores, presentan valores arquitectónicos, constructivos y sobre todo históricos, dignos de ser contemplados por sí mismos. En definitiva, unos espacios que han adquirido un valor y un potencial extraordinarios”.
Con esta actuación, el consistorio explica que ha puesto en valor la recuperación del carácter patrimonial “de uno de los edificios más emblemáticos de Bétera desde donde históricamente se desarrolla el entramado urbano del municipio”.
“Con estas obras se ha puesto de manifiesto la existencia de cuantiosos hallazgos arqueológicos que han hecho necesario que los trabajos de arqueología se extendieran a la totalidad de la planta baja del inmueble y a nivel mural interior y exterior en todo el inmueble”, argumentan desde el consistorio.
Los hallazgos más antiguos corresponden al periodo del Bronce Final hallándose estructuras y abundante material cerámico. Del Ibérico Pleno han podido documentarse al menos dos fases, una del s. V a.C a la cual pertenece un lienzo de muralla con torreón adosado y otra fase de ampliación del poblado en torno al s IV a.C durante la cual se construye otra muralla y de la que se conserva parte de viviendas adosadas a la misma.
Perteneciente a la ocupación andalusí en el s.XI construyen hornos cerámicos que documentan la actividad alfarera, así como un silo para almacenar grano. Será con posterioridad a esta fase artesanal, durante el periodo almohade, cuando se erige el recinto defensivo, que parte de la Torre 1, con albacar almenado, y la constatación de la existencia de estructuras intramuros adosadas al albacar. El conjunto defensivo se refuerza con la erección de dos torres semicirculares a inicios del s. XIII y el recrecido del albacar. Tras la conquista cristina, se erigen tres torres rectangulares, con un nuevo recrecido del albacar, durante el siglo XIV.
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