La reducción de materias activas y la presión de los supermercados, que no solo exigen cumplir con los LMRs establecidos por la Unión Europea, sino que, además, limitan la aparición de residuos en frutos a pocas materias activas, están comprometiendo, sin ninguna base científica, la alternancia de diferentes modos de acción.
Todo ello está llevando a los productores a tener que seguir malas prácticas agrícolas como por ejemplo la repetición de aplicaciones de productos top (que no afectan a la fauna auxiliar, elevada eficacia, favorable perfil toxicológico) así como la aplicación de fitosanitarios a través del riego por goteo (para minimizar la aparición de residuos en frutos) lo que refuerza la aparición de resistencias.